dignidad
Ustá, nos ná!
nos chicha ni limoná
se lo pasa mangoneando, caramba samba, su dignidad
Quizá alguien lo recuerde, de hace muchos años, de un cantante al que le cortaron las manos para que no pudiera tocar la guitarra, antes de matarlo.
Pues sí, curiosamente identificaba a la gente que porta como estandarte su dignidad y se indigna cuando se la tocan, cuando algo deja ver que son terrenales.
Curiosamente, el cantante aquel era progre y de izquierdas, de las marxistas, de las de los pobres, como la iglesia aquella de los pobres, curioso, curioso.
SI el cantante aquel leyera los diarios de esta piel de toro (piel de cabra más bien) ¿se le atragantarían las canciones?