el cuento de los destinos
Querido nieto, voy a contarte un cuento, no para arrullarte sino para mantenerte despierto.
Es un cuento sobre la muerte y sobre la mentira.
Hace muchos, muchos años, casi cien años, hubo una guerra en ese sitio que se llamaba España, que había tenido reyes y luego volvió a tenerlos, pero de otra manera. En aquel entonces no tenía rey, porque el último era débil y fue expulsado. Había una república y un general gallego que estaba en Marruecos se rebeló, montó la guerra y la ganó. Fue el dictador (le llamaban el generalísimo, es que los militares nunca destacan por su imaginación) durante 40 años y murió en la cama de viejo. Una muerte horrible, como si quisiera pagar todos sus pecados antes de morirse, rodeado de doctores y máquinas.
Pero mi cuento no trata del general. Mi cuento trata de tus tatarabuelos y tus bisabuelos.
Mi abuelo, que era tu tatarabuelo, tenía dos hermanos. Eran gallegos, porque ya sabes que parte de tu herencia viene de esa esquina de la península. Tu tatarabuelo era marinero, estuvo enfermo y murió joven de una enfermedad degenerativa después de engendrar siete hijos. Cuando todavía estaba sano embarcó en Pasajes , Trintxerpe, durante algún tiempo. Me contó tu bisabuela que una vez se cayó al mar enredado en las redes, sobrevivió pero nunca volvió a ser el mismo. Después volvió a Galicia y creo que empezó a morir.
Entretanto, los dos hermanos de tu tatarabuelo seguían viviendo en Pasajes, uno tenía un bar en La Herrera. En ese tiempo, se sublevó el general y tus tio-tatarabuelos fueron desde Pasajes a Bilbao escapando de los nacionales que llegaban por Pamplona e Irún. Cuando llegaron a Bilbao, ya los nacionales controlaban el puerto (llegaron por mar) y tuvieron que pasar por un control. Querían llegar a Galicia. En la cola, primero le preguntaron a uno de los hermanos cual era su bando. No se lo que dijo, pero dijo lo que no correspondía, y lo mataron delante de su hermano. Cuando le preguntaron, el segundo hermano dijo lo que hacía falta decir para sobrevivir. Eran gallegos. No eran nacionalistas vascos.
El segundo hermano fue a navegar y enamoró a una sueca, se quedó a vivir en Bilbao y para mi siempre fue "el tío sueco". Se murió sin hijos y anciano.
Los hermanos de tu abuela eran marineros. Uno de ellos era marinero en un transporte de tropas que se dirigía a Cartagena. Hundieron el barco y se salvo porque el tablón al que se habían agarrado unos en su desesperación volvió a flotar cuando ellos se hundieron. No era un soldado, apenas sabía leer y no tenía ideología. La casualidad de salvarse le convirtió en un heroe accidental cuando "liberaron" Cartagena. Murió de viejo en Trintxerpe, después de consumir su vida en el mar.
Tu tatarabuela era una dama que se casó, por esos malentendidos de las novelas, con un cashero de Ikaztegieta que tenía un bar y que la hizo desgraciada.
Su bisabuelo, el padre de tu abuela, fue gudari. Tu bisabuela guardaba orgullosa una foto de tu bisabuelo gallardo en una moto. El nacionalismo vasco se rindió rápidamente al llegar el generalito, y se acabó la guerra en esta región. Siguieron las masacres en el resto de la península. Tu bisabuelo era nacionalista y murió de gota en la cama relativamente joven. Tu bisabuela sacó adelante con una pastelería la familia y fué una anciana admirable por su vitalidad.
Pero el cuento no acaba aquí. Cuando se murió el general, llegó un rey y llegó la democracia. Y algunos nacionalistas vascos, que habían prosperado notablemente durante el mandato del "caudillo" (otro nombre que les gustaba a los militares) empezaron a decir que todos los muertos de la guerra habían sido de los suyos y que sólo ellos habían sufrido bajo la bota del general. Acusaban a todos de ser "franquistas, españolistas, invasores" pero escondían su historia. Tu conoces la tuya, al menos en parte.
Cuidate de la mentira y de aquellos que tienen siempre la razón.
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